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La confesión sana nuestro corazón..
La confesión es un sacramento de sanación, es un medio para experimentar el amor y la misericordia de Dios. Como nos dice papa Francisco «cuando voy a confesarme es para sanarme, sanarme el alma, sanarme el corazón para algo que hice y no está bien».
A travez de la confesión podamos sanar nuestras heridas y reconocer nuestras faltas y debilidades, en la confesión nos presentamos en verdad en frente a Dios que libera nuestro corazón del pecado que nos oprime.
¿Cuado fue la ultima vez que me he confesado? Quizás ha pasado mucho tiempo desde mi ultima confesión.
Jesus quiere recibirnos, nos espera, su corazón misericordioso quiere encontrarnos a travez de la confesión.
A continuación te proponemos 30 preguntas, un examen de conciencia propuesto por el papa Francisco para hacer una buena confesión.

En relación a Dios
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?
¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me rebelo contra los designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
En relación al prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?
¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?
En relación a mí mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso?
¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
¡Aprovecha de este tiempo de Aviento, busca un sacerdote y confiésate!
fray Matteo Martinelli