“¿Quieres abandonar a Jesús?”

¿Estas cansado, aburrido, o molesto con Jesús, tanto de querer abandonarlo? Seguramente muchas veces te ha puesto esta pregunta. Los problemas de la vida que no encuentran un camino de salida, las dificultades que nos atemorizan… los momentos actuales que son complejos y desafiantes…. todo esto nos abruma y nos empuja a seguir la vida sin rumbo, o peor, si la necesidad de Dios. 

Frente a un lenguaje “duro”, “incomprensible”, los discípulos están tentados de hacer lo mismo: dejar al Maestro.

Nos situamos al final del largo discurso de Jesús que habla del “Pan de Vida” (capítulo 6 de san Juan). Los discípulos aquí exclaman que estas palabras son “duras”. ¿Quién puede escucharlas?.

¿Dureza de palabras? ¿Dureza de oído? ¿Dureza de corazón?

¿Cuales de estos tres interrogantes encuentran respuesta en el corazón de los discípulos y del nuestro?

Por ese motivo algunos abandonan a Jesús, no entienden, se quedan solamente en lo sensacional, en lo superficial, con sus “durezas”. Como siempre Jesús los invita y nos invita a dar un salto, a cambiar los esquema, a dejarse guiar más por la fe a estar abierto a la gracia de Dios, a saber escuchar su voz.

«Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Esta declaración audaz nos incluye a todos. Por esta enseñanza podemos asegurarnos de que nuestra decisión para seguir al Señor es el resultado de su iniciativa hacia nosotros, juntos con nuestra fe.

 «¿A quién podemos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna». Pedro y los demás, no entienden completamente las implicaciones de esta enseñanza, pero son leales a Jesús y se quedarán con él tanto como puedan, porqué sus palabras ya habían fascinados sus corazones, los habían encendido de amor, lo mismo que le sucedió a Francisco de Asís cuando escucha el Evangelio y el llamado de Jesús.  

Tómate unos momentos esta semana para recordar lo que Dios hizo en tu vida. ¿En qué momento ha sentido el llamado de Jesús? ¿Cuáles fueron las circunstancias del llamado? ¿Quiénes fueron los principales participantes? ¿Cómo le ha respondido, o como te gustaría responderle?

Confiar en Jesus es saber exclamar como Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»

p. Fabrizio Restante (OFMConv)

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