Testimonio del hermano David

Recibimos el testimonio del hermano David novicio en Bogotá:

Voy a narrar la historia de fray David y su experiencia de noviciado, no sin antes alabar al Dios Altísimo, al Dios Trino y Uno y el más fascinante autor de la vida, misterio que cada ser en la creación encierra y por lo tanto escribir como leer estas líneas sin su gracia no me serian posibles.

Éste hermano que como pajarillo que encontró abierta la puerta de su jaula y extendió las alas a la libertad, ha venido desde el corazón de América, es decir de las más profundas Honduras, él como sus hermanos comprende una historia, unos eventos que marcaron su rumbo, se podría decir: que atravesó el desierto de la soledad, una parte del mar incomprensible del mundo y la oscuridad aterradora de la muerte espiritual, sin embargo, tal como una semilla que se abandona a la profundidad del suelo aprende a conocerse, a morir a si mismo para germinar una vida en Dios, Sumo Bien.

Se puede decir que esta avecilla en su viaje migratorio descendente, de Costa Rica a Colombia ha descubierto el camino secreto más allá del tiempo y del espacio, el valor esencial en las pequeñas cosas y la apertura a los momentos inesperados y de la grandeza de la pobreza de espíritu.

Ha alzado el vuelo con libertad para responder a un llamado a vivir el Evangelio como lo enseñó Jesús y nos lo recordó San Francisco de Asís, en esta porción de espacio y tiempo se ha detenido a vivir el noviciado o tiempo de probación, al que yo elijo llamar “tiempo de encarnación”; debido a las tres etapas recorridas en este año:

En primer lugar, la adaptación, tanto a una porción de tierra y un momento histórico especifico sino también a personas concretas, “el Señor me dio hermanos” (Testamento, 14), dones de Dios con nombres inolvidables: Fr. Pedro Pablo (Maestro), Fr. Julián y Fr. Camilo (miembros del equipo), y luego los hermanos Pedro, Héctor, Alfredo, Neider y Benjamín. con los hermanos David ha dejado manifestar la fragante belleza de la fraternidad, cual rosa también encierra la dolorosa penitencia de las espinas, pero, que sin objeciones le queda claro que pretender vivir el evangelio alejado de los hermanos sería un acto despreciable. 

Novicios FALC

En segundo lugar, la asimilación, integrar cuanto son en obediencia a un proyecto de Dios y a su voluntad, para conocer el carisma franciscano y en una vida sencilla sin propio donarse al servicio de los hermanos, y en castidad y madurez afectiva amar sin límites, para propiciar un anticipo del Reino de los Cielos en esta tierra. También le implicó paciencia para aprender a valorar el hacer su cordón y su corona.

Se encuentran en la etapa de consolidación, periodo en que se preparan para recibir el hábito franciscano y para dar firmeza a esta decisión desde la gracia de Dios, una respuesta orada e interiorizada con todo el ser, convencerse que Jesús ya mostró el camino a seguir y que la vida consagrada hoy debe ser signo de contradicción, verdaderos apóstoles que saben permanecer con el Maestro y dan testimonio con sus vidas.

Y que finalmente con el eremitorio fraterno descubrieron al hermano como la más grandiosa mediación para crecer en los frutos del espíritu y el campo diario donde se refleja la vivencia del Evangelio

Y así va el hermano David volando y soñando con la libertad de los hijos de Dios, él sabe que es el que a necesitado morir para encontrar la vida, la vida en abundancia.

Hermano David (novicio OFMConv)

Un comentario

  1. He podido acompañar a Fray David. De los pocos hermanos que he visto a diario el actuar de Dios.. mi hermano del alma.. Fuerte abrazo ❤

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