7 pasos para iniciar un discernimiento del vientre

La nuestra es la era de las distracciones masivas. Todo compite por captar nuestra atención, desviándola de cosas importantes, como la orientación básica de la vida: la vocación. Es hora de hacer algo.

Siempre estamos apurados. Hoy nos ofrecemos, con la ayuda de uno de nuestros queridos frailes, fray Paolo Floretta, psicólogo y psicoterapeuta, un pequeño ejercicio. Tomamos un tiempo, un espacio, y nos enfocamos en las sensaciones, ¡en lo que mueve el tema de la “vocación” en tu vientre!

Ciertamente, el discernimiento vocacional no es todo aquí (¡sería muy peligroso!), ¡pero este es un aspecto que a menudo tendemos a subestimar! Hoy, sin embargo, queremos ponerlo en el centro de nuestra atención.

¿Qué te parece este ejercicio? Esperamos tus mensajes.

Buena lectura, buen ejercicio y discernimiento.

7 pasos para iniciar un discernimiento del vientre

Conocer la propia vocación es el primer valor inestimable para vivir en plenitud, para expresar la singularidad que nos ha sido confiada, para disfrutar de la vida. Aprovecha estos días, regálate tiempo, una hora, en un espacio solo para ti, cómodo y silencioso. 

Cero celulares e internet, sobrevivirás, ¡no te preocupes! ¡Solo por una hora!

Aquí están las instrucciones, en siete pasos, para un primer acercamiento, ciertamente visceral:

  1. Obtenga papel, 3 hojas, y un bolígrafo. Sí, escribir te ayuda a objetivar tus pensamientos.
  2. Búscate un espacio, reservado solo para ti, donde puedas estar tranquilo durante una hora, pon el despertador.
  3. Prepararse. Siéntate y respira durante 5 minutos; con cada exhalación arroja un trozo de mundo que quisiera abarrotar esta preciosa hora tuya.
  4. Toma la primera hoja y primero vacía tu mente de lo que la está abarrotando en este momento. Simplemente escribe una lista de las cosas que te vienen a la mente, durante 10 minutos consecutivos: las cosas que necesitas hacer; las cosas que le gustaría hacer; cualquier otra cosa que se desvanece en tu conciencia.
  5. Ahora toma la segunda hoja y responde estas cuatro preguntas vocacionales de manera directa y visceral durante los próximos 30 minutos. Luz verde a sus reacciones viscerales, tal como se le presentan:
    1. ¿Me quiero casar? Si es así, ¿por qué? Si no, ¿por qué?
    2. ¿Quiero ser consagrado en el mundo? Si es así, ¿por qué? Si no, ¿por qué?
    3. ¿Quiero ser sacerdote? Si, ¿por qué? Si no, ¿por qué?
    4. ¿Quiero ser franciscano? Si, ¿por qué? Si no, ¿por qué?
  6. Ahora, en la tercera y última hoja, escribe tus impresiones, el efecto que tuvo en ti este primer acercamiento vocacional totalmente visceral. ¿Qué luces te dio?
  7. En los últimos 15 minutos, toma la primera hoja nuevamente e identifica 3 cosas que son devoradoras de tiempo, de hecho: ladrones de tiempo. Elige uno e imagina renunciar a él. Si emplearas ese tiempo así recuperado para pensar en la vocación de las cuatro que más alegría te despertaba, un gran e importantísimo indicador de discernimiento, ¿qué efecto tendría en ti? ¿Cómo te ayudaría a vivir mejor?

Este es tu primer don vocacional: ¿cuándo lo harás? ¡Conviértelo en una de tus prioridades para esta semana ahora!

¡Buenas reflexiones viscerales!

fray Paolo

(Articulo libremente extraído del Blog Vocación Franciscana)

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